VPH

Virus del Papiloma Humano (VPH)

21/04/2025

Comparte este post

Facebook icon

.st0{fill:#00857C;} X icon

Linkedin icon

Email icon

Virus del VPH

Índice

  1. ¿Qué es el Virus del Papiloma Humano (VPH) y cuántos tipos existen?
  2. Síntomas principales de la infección por VPH
  3. ¿Cómo se puede contraer una infección por el Virus del Papiloma Humano?
  4. Pruebas de diagnóstico
  5. Tratamiento recomendado para la infección por VPH

¿Qué es el Virus del Papiloma Humano (VPH) y cuántos tipos existen?

El VPH es un virus capaz de producir la infección de transmisión sexual (ITS) más frecuente en los seres humanos. Hay alrededor de 200 tipos conocidos de VPH, de los cuales 40 son capaces de infectar la mucosa genital y anal de ambos sexos.

Los VPH que infectan la mucosa genital y anal se dividen:

  • VPH de bajo riesgo: no están relacionados con lesiones cancerosas. No obstante, ciertos tipos de VPH de riesgo bajo pueden ocasionar la formación de verrugas en los genitales, el ano, la boca o la garganta.
  • VPH de alto riesgo: están vinculados a diversos tipos de cáncer. Se conocen alrededor de 12 tipos de VPH de alto riesgo, incluidos los siguientes: 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58 y 59. Entre ellos, el VPH16 y el VPH18 son responsables de la mayoría de los casos de cáncer de cuello de útero. Además, el VPH también puede causar cánceres de vulva, vagina, pene, ano y orofaringe (cánceres en la parte posterior de la garganta, la lengua y las amígdalas).

Síntomas principales de la infección por VPH

La infección por VPH no suele presentar síntomas y en más del 80% de los casos es temporal, siendo eliminada por el cuerpo de forma natural en un periodo de hasta dos años. Sin embargo, cuando la infección por VPH persiste, puede dar lugar a problemas de salud, como la formación de verrugas genitales o el desarrollo de ciertos cánceres.

Generalmente, las verrugas genitales aparecen como pequeñas protuberancias, de forma individual o agrupadas, en la zona genital o anal. Pueden tener distintas características: pequeñas o grandes, planas o prominentes, o tener forma de coliflor. Si no son tratadas, las verrugas genitales pueden desaparecer, permanecer y no cambiar, o aumentar en tamaño o en número. Un profesional sanitario puede diagnosticarlas simplemente con verlas. Estas verrugas pueden volver a aparecer, incluso después del tratamiento.

Por otro lado, las lesiones precancerosas y los cánceres asociados a infección por VPH de alto riesgo que dura muchos años pueden producir síntomas como bultos, sangrado o dolor.

¿Cómo se puede contraer una infección por el Virus del Papiloma Humano?

El VPH mucoso se transmite mayoritariamente mediante el contacto directo piel con piel durante el sexo vaginal, anal u oral. El uso preservativo disminuye la probabilidad de transmisión, pero no confiere una protección completa.

Se estima que más de un 80% de las personas sexualmente activas contraerán la infección por VPH alguna vez en la vida. La máxima incidencia de la infección ocurre durante la primera década después del inicio de la vida sexual.

Además, existen diversos factores que contribuyen a que la infección sea persistente, como son el tipo de VPH, el tabaquismo y alteraciones en el sistema inmune (inmunodepresión).

Pruebas de diagnóstico

No existen pruebas de diagnóstico validadas para la infección por VPH en hombres.

En mujeres, las pruebas para la detección de la infección por VPH o de lesiones premalignas derivadas de la misma se circunscriben al cuello del útero. Se dispone de dos pruebas principales: el test de VPH y la citología cervical, respectivamente.

  • El test de VPH está basado en el análisis de una muestra de secreción del cuello uterino para detectar la presencia de virus.
  • La citología cervical está basada en la detección de mínimas alteraciones celulares que indican la existencia de infección o alteraciones celulares sugerentes de lesiones premalignas. En esta prueba, se toma una pequeña muestra de las células que recubren el cuello del útero mediante una espátula pequeña o un cepillo.

En España, se lleva a cabo un programa poblacional de cribado de cáncer de cuello de útero en el Sistema Nacional de Salud a partir de los 25 años y con distintos criterios entre mujeres vacunadas y no vacunadas. A continuación, se muestra un esquema con los criterios de cribado de cáncer de cuello de útero en mujeres a partir de los 25 años:

Tratamiento recomendado para la infección por VPH

Actualmente no existe tratamiento médico específico para la infección por VPH. Sin embargo, existen varios tipos de tratamiento para las lesiones producidas por este virus en mujeres:

  1. Extirpación de la lesión: el área afectada es extirpada mediante una conización. Consiste en cortar un fragmento del cuello del útero en forma de cono.
  2. Destrucción de la lesión: el tejido afectado por la lesión es destruido. Este procedimiento puede realizarse por congelación (crioterapia) o vaporización (láser).

Estos tratamientos se consideran conservadores, ya que permiten que el cuello del útero se regenere tras su curación, lo que permite que no suponga un impacto en la salud reproductiva de la mujer. Solo cuando el área afectada es mayor o cuando se repite el tratamiento porque la lesión reaparece, puede repercutir en su capacidad reproductiva.

El contenido que se proporciona en esta web es información general. En ningún caso debe sustituir ni la consulta, ni el tratamiento, ni las recomendaciones de tu médico.

ES-NON-03426 (Fecha creación: marzo 2025)

diabetes

Diabetes

08/04/2025

Comparte este post

Facebook icon

.st0{fill:#00857C;} X icon

Linkedin icon

Email icon

Pareja posando en la cocina

Índice

  1. ¿Qué es la diabetes?
  2. Tipos de diabetes y sus características
  3. Diagnóstico y tratamiento de la diabetes
  4. Dieta recomendada para la diabetes

¿Qué es la diabetes?

La diabetes es una enfermedad crónica que se define por un incremento de los niveles de glucosa en la sangre. Este aumento de glucosa se conoce de manera habitual como “tener el nivel de azúcar elevado”. Si no se controla adecuadamente, el exceso de glucosa en la sangre puede llevar a complicaciones de salud a largo plazo.

La glucosa es la fuente de energía que necesita nuestro organismo para funcionar correctamente. La obtenemos de los alimentos durante la digestión, un proceso mediante el cual la glucosa entra en el torrente sanguíneo y se almacena en el hígado para ser utilizada cuando la necesitemos. Para que las células de nuestro cuerpo puedan aprovechar la glucosa, es fundamental contar con insulina, una hormona producida por el páncreas. En las personas con diabetes, el páncreas no puede liberar la cantidad adecuada de insulina o el organismo no utiliza eficientemente esta hormona.

Tipos de diabetes y sus características

Existen tres tipos principales de diabetes:

  • Diabetes tipo 1

La diabetes tipo 1 es un trastorno autoinmunitario en el que el sistema inmune del cuerpo ataca las células del páncreas responsables de la producción de insulina. Esto ocasiona que el cuerpo produzca poca o ninguna insulina. Generalmente, este tipo de diabetes se diagnostica en niños y jóvenes adultos, aunque puede desarrollarse a cualquier edad. Aquellos que padecen diabetes tipo 1 necesitan la administración de insulina diariamente para poder sobrevivir.

  • Diabetes tipo 2

La diabetes tipo 2 es la forma más común de esta enfermedad. Al principio, el aumento de los niveles de glucosa en sangre (hiperglicemia) se debe a la incapacidad del cuerpo para responder de manera efectiva a la insulina, lo que se conoce como resistencia a la insulina. Este tipo de diabetes puede desarrollarse a cualquier edad, incluso en la infancia, aunque es más prevalente entre personas de mediana edad y ancianos.

  • Diabetes gestacional

La diabetes gestacional es un tipo de diabetes que se manifiesta por primera vez durante el embarazo. En la mayoría de los casos, esta condición se resuelve después del parto. Sin embargo, es importante destacar que las mujeres que han experimentado diabetes gestacional tienen un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad en futuros embarazos. Además, estas mujeres también enfrentan un riesgo significativamente elevado de padecer diabetes tipo 2, especialmente entre los tres y seis años siguientes al parto, incluso si son menores de 40 años.

Diagnóstico y tratamiento de la diabetes

El diagnóstico de diabetes, prediabetes y diabetes gestacional es realizado por el médico, a través de análisis de sangre que permiten medir los niveles de glucosa en la sangre. Las pruebas más comunes para llevar a cabo este diagnóstico son:

  • Glucosa plasmática en ayunas: esta prueba se realiza cuando se lleva al menos 8 horas en ayuno.
  • Prueba de glucosa plasmática aleatoria: se realiza sin tener en cuenta si el paciente está o no en ayunas.
  • Prueba de la Hemoglobina Glicosilada (HbA1c): mide el nivel promedio de glucosa en sangre durante los últimos tres meses.

La diabetes no tiene curación, pero el paciente puede tomar una serie de medidas que le permitirán mejorar el control la enfermedad.

Dependiendo del tipo de diabetes que tengas, el manejo de la glucosa en sangre, la insulina y los medicamentos orales pueden ser clave en tu tratamiento. Además, seguir una dieta equilibrada, mantener un peso adecuado y hacer ejercicio regularmente son aspectos cruciales para controlar la diabetes.

Dieta recomendada para la diabetes

La alimentación es muy importante para controlar la diabetes, por lo que es necesario seguir una dieta saludable y equilibrada.

Comer de forma saludable y hacer ejercicio puede ayudar a mantener los niveles adecuados de azúcar en sangre. No hay un número específico de calorías que sirva para todas las personas con diabetes. La alimentación debe basarse, por tanto, en una evaluación individualizada de cada persona.

El contenido que se proporciona en esta web es información general. En ningún caso debe sustituir ni la consulta, ni el tratamiento, ni las recomendaciones de tu médico.

ES-NON-04699 (Fecha creación: marzo 2025)

VIH

VIH

26/01/2025

Comparte este post

Facebook icon

.st0{fill:#00857C;} X icon

Linkedin icon

Email icon

Índice

  1. ¿Qué es el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH)?
  2. Diferencia entre VIH y SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida)
  3. Diagnóstico y tratamiento del VIH
  4. El VIH en mujeres
  5. El VIH en personas mayores de 50 años
  6. VIH, riesgo cardiovascular y metabólico
  7. Trastornos neuropsiquiátricos en personas con VIH

¿Qué es el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH)?

El VIH es el virus de inmunodeficiencia humana. Este virus afecta y deteriora el sistema que defiende al organismo de las infecciones y enfermedades: el sistema inmunitario.

Durante un periodo que varía de unos meses a varios años, dependiendo de cada persona, el sistema inmunitario puede generar suficientes células de defensa para reemplazar las infectadas y, al mismo tiempo, intentar controlar la replicación del VIH.      

Pero llegado el momento, si éste logra finalmente expandirse, el sistema inmunitario está tan deteriorado que ya no es capaz de proteger al cuerpo frente a infecciones y enfermedades que en otro momento hubieran sido controladas.

Diferencia entre VIH y SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida)

El VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) es el causante del SIDA, pero no son lo mismo. Al infectarse con el VIH, el cuerpo produce anticuerpos para combatirlo. Ser VIH positivo significa tener el virus, pero muchas personas pueden vivir años con VIH sin desarrollar SIDA.

El SIDA es el estado avanzado de la infección, cuando el VIH ha debilitado el sistema inmunitario. Esto permite que infecciones oportunistas, que normalmente no causarían problemas, se diseminen en el cuerpo. La replicación constante del VIH y el daño que provoca en el sistema inmunitario son lo que lleva al desarrollo del SIDA.

Diagnóstico y tratamiento del VIH

Para el diagnóstico de la infección por el VIH se realiza primeramente una prueba de cribado y, si el resultado es positivo, se realiza una prueba de confirmación.

Además, existen un tipo de pruebas de cribado llamadas pruebas rápidas, cuando el contexto es adecuado. Se las llama así porque son capaces de ofrecer un resultado, generalmente en menos de 30 minutos. Se pueden realizar a partir de diferentes fluidos, como sangre o saliva (un resultado positivo, también requiere de una prueba de confirmación).

Un resultado negativo en un análisis de cribado excluye la infección por VIH, excepto si la exposición al VIH ha sido reciente. Se considera un resultado negativo y que, por tanto, no existe infección, si ha transcurrido cierto tiempo tras la exposición al virus, que varía según la prueba desde 6 semanas a 3 meses.

Todos los resultados positivos requieren de una confirmación.

     

El VIH en mujeres

  • Mujer con menstruación

Las mujeres que viven con VIH pueden notar alteraciones en su ciclo menstrual. Es posible que sus períodos sean más ligeros o más intensos de lo habitual, e incluso que no tengan menstruación. Además, también pueden experimentar síntomas premenstruales más intensos.

  • Menopausia

Otro problema de salud que puede hacerse más presente es la salud ósea u osteoporosis. La osteoporosis debilita los huesos y causa fracturas con facilidad, incrementa la posibilidad de fracturas de cadera, columna vertebral y muñecas. Después de la menopausia, las mujeres pierden más densidad ósea. Además, se ha comprobado que las personas con el VIH suelen perder más densidad ósea que la población general y, aunque no se sabe con seguridad, se cree que es debido a la propia infección y a los tratamientos antirretrovirales.    

       

El VIH en personas mayores de 50 años

El avance en los tratamientos para el VIH ha conseguido que las personas en tratamiento alcancen una esperanza de vida cada vez mayor.

En términos de la infección por VIH, se considera paciente mayor a aquellas personas con VIH de más de 50 años. Las personas que viven con infección por VIH experimentan cambios en su sistema inmunológico similares a los que provoca el envejecimiento en la población general. Dichos cambios son consecuencia, en gran medida, de un estado de activación inmune e inflamación persistente que de forma gradual conducen al envejecimiento del sistema inmune de forma precoz.

Es deseable que las personas mayores de 50 años con VIH reciban un abordaje global que incluya no sólo la esfera de la atención médica, sino también aspectos funcionales, cognitivos, nutricionales y sociales.

VIH, riesgo cardiovascular y metabólico

El VIH duplica el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares e incrementa el riesgo cardiometabólico, es decir, el riesgo de que pueda padecerse diabetes tipo 2 o alguna enfermedad cardiovascular. De hecho, a día de hoy, las complicaciones cardiovasculares son la principal causa de morbilidad y mortalidad en las personas con VIH.

Entre las enfermedades cardiovasculares que pueden padecer las personas con VIH están:

  • Miocarditis
  • Insuficiencia cardiaca
  • Afectación cardiaca por tumores relacionados con el SIDA
  • Hipertensión pulmonar
  • Vasculitis

El riesgo cardiovascular asociado al VIH se debe, principalmente, a la viremia, la desregulación y la inflamación relacionadas con el VIH junto con los típicos factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión arterial, la dislipemia, el tabaquismo y la diabetes.

Por tanto, es importante que las personas con VIH revisen periódicamente su salud cardiovascular ya que la prevención de las enfermedades cardiovasculares debe formar también parte fundamental del tratamiento.

Trastornos neuropsiquiátricos en personas con VIH

Los problemas de salud mental asociados al VIH, entre los que se encuentran el deterioro neurocognitivo y los trastornos neuropsiquiátricos, tienen un gran impacto en la calidad de vida de las personas con VIH. Los mismos, además de contribuir a reducir la adherencia al tratamiento, también promueven hábitos de vida poco saludables.

Algunos regímenes de terapia antirretroviral (TAR) pueden tener efectos neurotóxicos, lo que ha contribuido al incremento de trastornos neuropsiquiátricos (TNPs) en personas que viven con VIH, tales como depresión, ansiedad y alteraciones neurocognitivas asociadas al virus.

Asimismo, otros factores que pueden influir en el desarrollo de algún trastorno mental en personas con VIH son: el estigma y la discriminación que pueden padecer por tener VIH, la pérdida de apoyo social y el aislamiento, la dificultad para hablar sobre su enfermedad a otras personas y la dificultad para obtener servicios de atención de salud mental.

El contenido que se proporciona en esta web es información general, en ningún caso debe sustituir ni la consulta, ni el tratamiento, ni las recomendaciones de tu médico.

ES-NON-04620 (Creado: marzo 2025)

cáncer de colon

Cáncer de colon

27/03/2025

Comparte este post

Facebook icon

.st0{fill:#00857C;} X icon

Linkedin icon

Email icon

  1. ¿Qué es el cáncer de colon?
  2. Síntomas del cáncer de colon
  3. Causas y factores de riesgo del cáncer de colon
  4. Diagnóstico del cáncer de colon
  5. Tratamiento del cáncer de colon
  6. Esperanza de vida y supervivencia de los pacientes

¿Qué es el cáncer de colon?

El cáncer de colon es una enfermedad en la que se produce un crecimiento descontrolado de células en el colon, que es la primera y más extensa parte del intestino grueso. El intestino grueso es la última parte del sistema digestivo. Este sistema descompone los alimentos para que el cuerpo los use. El cáncer de colon suele originarse a partir de pequeños grupos de células llamados pólipos, que se forman en el revestimiento interno del colon. Aunque la mayoría de los pólipos son benignos, algunos pueden transformarse en cáncer con el tiempo.

Este tipo de cáncer afecta principalmente a personas mayores de 50 años, aunque puede desarrollarse a cualquier edad. En muchas ocasiones, los pólipos no causan síntomas evidentes, por lo que los médicos recomiendan exámenes de detección regulares para identificarlos y extirparlos, ayudando así a prevenir el cáncer. Cuando el cáncer de colon se diagnostica, existen varios tratamientos disponibles, como la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia, la inmunoterapia y terapias dirigidas.

Síntomas del cáncer de colon

Muchas personas con cáncer de colon no presentan síntomas en las primeras etapas. Cuando los síntomas aparecen, suelen depender del tamaño del cáncer y de su ubicación en el intestino grueso. Los síntomas pueden incluir:

  • Cambio en los hábitos intestinales, como diarrea o estreñimiento más frecuentes.
  • Sangrado rectal o presencia de sangre en las heces.
  • Molestias abdominales persistentes, como calambres, gases o dolor.
  • Sensación de que el intestino no se vacía completamente durante la defecación.
  • Debilidad o fatiga.
  • Pérdida de peso involuntaria sin causa aparente.

Causas y factores de riesgo del cáncer de colon

En esta línea, el cáncer de colon puede estar causado por distintos factores. Sin embargo, las causas exactas del cáncer de colon no son completamente claras. Este tipo de cáncer ocurre cuando las células del colon sufren mutaciones en su ADN, lo que provoca que se multipliquen de forma descontrolada.

Algunos factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar cáncer de colon son: edad avanzada (la mayoría de las personas con cáncer de colon tiene más de 50 años, sin embargo, la cantidad de personas menores de 50 años que tienen cáncer de colon está aumentando), piel negra, antecedentes personales o familiares de cáncer colorrectal o pólipos, enfermedades inflamatorias intestinales, síndromes hereditarios, una dieta baja en fibra y alta en grasas, la inactividad física, diabetes, obesidad, tabaquismo, consumo excesivo de alcohol y haber recibido radioterapia abdominal.

Diagnóstico del cáncer de colon

Para diagnosticar el cáncer de colon, se utilizan diversas pruebas y procedimientos. Estos incluyen, entre otros:

  • Prueba de sangre oculta en las heces (FOBT): verifica si las heces contienen sangre que sólo se observa al microscopio. La sangre en la materia fecal puede ser un signo de pólipos, cáncer u otras afecciones. Existen dos tipos:
  • Prueba con guayacol: usa una sustancia química para detectar sangre en las heces.
  • Análisis inmunoquímico (iFOBT o FIT): utiliza anticuerpos para detectar sangre oculta en las heces.
  • Sigmoidoscopia: se inserta un tubo delgado con una lente e iluminado por el recto para observar el interior del recto y el colon sigmoide en busca de pólipos o anomalías.
  • Colonoscopia: procedimiento para observar el interior del recto y el colon para determinar si hay pólipos, áreas anormales o cáncer.
  • Colonoscopia virtual: utiliza tomografía computarizada para generar imágenes del colon y detectar posibles anomalías.
  • Prueba de ADN en heces: detecta cambios genéticos en las células de las heces que podrían indicar cáncer colorrectal.

Tratamiento del cáncer de colon

Después del diagnóstico y, de acuerdo con ello, se determinará el tratamiento. Existen varios tipos de tratamientos disponibles para los pacientes con cáncer de colon. Algunos de estos tratamientos son los utilizados actualmente como tratamientos estándar:

  • Cirugía: es el tratamiento más común para todos los estadios del cáncer de colon.
    • Escisión local: extirpación del cáncer en etapas tempranas a través de un tubo insertado por el recto.
    • Resección del colon con anastomosis: extirpación del cáncer y parte del tejido circundante, seguida de la unión de los extremos del colon.
    • Resección del colon con colostomía: si no se pueden unir los extremos del colon, se crea una abertura (estoma) para eliminar los desechos. La colostomía puede ser temporal o permanente.
  • Ablación por radiofrecuencia: uso de una sonda con electrodos para destruir células cancerosas, insertada a través de la piel o mediante una incisión en el abdomen.
  • Criocirugía: tratamiento que congela y destruye el tejido anormal.
  • Quimioterapia: tratamiento que usa medicamentos para destruir o impedir la multiplicación de células cancerosas. Puede ser sistémica o regional.
  • Radioterapia: se usan rayos X de alta energía u otros tipos de radiación para destruir células cancerosas o parar el crecimiento.
  • Terapia dirigida: es un tipo de tratamiento para el que se utilizan medicamentos u otras sustancias para identificar y atacar células cancerosas específicas.
  • Inmunoterapia: usa el sistema inmunitario para combatir el cáncer. Se utilizan algunas sustancias elaboradas por el cuerpo o en el laboratorio para impulsar, dirigir o restaurar defensas naturales del cuerpo contra el cáncer.

Esperanza de vida y supervivencia de los pacientes con cáncer de colon

Muy probablemente, a medio-largo plazo se observe un incremento de la supervivencia del cáncer colorrectal asociado a la mayor implantación del cribado de este cáncer en los últimos años. Según datos de la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN), la supervivencia neta a cinco años para los pacientes diagnosticados de cáncer de colon entre 2008 y 2013 fue del 63,1% para los hombres y del 63,9% para las mujeres.

El contenido que se proporciona en este documento es información general. En ningún caso debe sustituir ni a la consulta, ni el tratamiento, ni las recomendaciones de tu médico.

ES-NON-03979 marzo 2025

Enfermedad de von Hippel-Lindau

Enfermedad de von Hippel-Lindau

28/02/2025

Comparte este post

  1. ¿Qué es la enfermedad de von Hippel-Lindau?
  2. Causas de la enfermedad de von Hippel-Lindau
  3. Principales síntomas y manifestaciones clínicas
  4. Diagnóstico de la enfermedad de Von Hippel-Lindau
  5. Enfoque terapéutico

1. ¿Qué es la enfermedad de von Hippel-Lindau?

La enfermedad de von Hippel-Lindau (VHL) es una enfermedad hereditaria. Dicha enfermedad se caracteriza por el crecimiento anormal de tumores y quistes, tanto benignos como cancerosos, en diferentes partes del cuerpo. De hecho, pueden afectar a 10 sistemas orgánicos diferentes.

En general, los tumores aparecen por primera vez en la edad adulta.

2. Causas de la enfermedad de von Hippel-Lindau

La enfermedad de von Hippel-Lindau es un trastorno genético que predispone a padecer cáncer y se estima que afecta a 1 de cada 36.000 personas aproximadamente.

El gen VHL está localizado en el cromosoma 3. Se trata de un gen supresor tumoral, es decir, que ayuda a controlar el crecimiento celular. Así, las mutaciones en el gen VHL provocan la falta de regulación del crecimiento y de la supervivencia celular, lo que hace que las células crezcan y se dividan sin control. De esta forma, se contribuye a la formación de los tumores asociados con la enfermedad de VHL.

Además, al tratarse de síndrome neoplásico de herencia autosómica dominante, tener una mutación en una sola copia del gen VHL en cada célula es suficiente para aumentar el riesgo de una persona de desarrollar la enfermedad de Von Hippel-Lindau.

No obstante, aunque en la mayoría de las enfermedades autosómicas dominantes, tener una copia mutada del gen responsable es suficiente para causar la enfermedad, en el caso de la enfermedad de VHL para que una persona tenga la enfermedad debe producirse una mutación en la otra copia del gen VHL en algún momento de su vida. Por ejemplo, una persona puede heredar una copia mutada del gen de uno de sus progenitores, pero cuando adquiere una segunda mutación en la otra copia del gen en un órgano específico se puede desencadenar el desarrollo de un tumor en ese órgano.

En resumen, casi todas las personas que nacen con una mutación en el gen VHL, en algún momento, adquirirán una mutación en la segunda copia del gen y desarrollarán la enfermedad de VHL.

3. Principales síntomas y manifestaciones clínicas

Los tipos de tumores asociados con la enfermedad de VHL son, entre otros:

  • Hemangioblastoma (tumores de crecimiento lento del sistema nervioso central)
  • Quistes renales
  • Carcinoma de células renales de células claras
  • Tumores neuroendocrinos pancreáticos
  • Feocromocitomas (tumores no cancerosos de las glándulas suprarrenales)
  • Tumores del saco endolinfático (un tipo de tumor del oído interno)

En general, los síntomas de la enfermedad de VHL son bastante diferentes entre las personas afectadas puesto que dependen del tamaño y la ubicación de los tumores. Además, dado el carácter de enfermedad rara y la aparición de síntomas diferentes entre los pacientes, la investigación es limitada y necesita ampliarse.

En la investigación llevada a cabo hasta el momento se ha observado que los hemangioblastomas son la manifestación sintomática inicial de VHL en el 40% de los pacientes. Y más en concreto, los hemangioblastomas del sistema nervioso central se han identificado como el tipo de tumor más común en la enfermedad de VHL (entre el 60%-80% de los pacientes lo padecen). Los síntomas y signos de la patología se relacionan con la localización del hemangioblastoma dentro del sistema nervioso central, y pueden incluir cefaleas (77%, ataxia de la marcha (57%), náuseas/vómitos (19%), vértigo (18%), dificultades del habla (15%) y dismetría (11%).

En el caso del hemangioblastoma en la retina puede producirse una pérdida de visión. Los datos disponibles sugieren que la probabilidad acumulada de desarrollar esta enfermedad aumenta con cada década de vida, alcanzando casi el 80% a los 80 años. Y se estima que alrededor del 20% de los pacientes con enfermedad de VHL ocular tienen algún deterioro de la visión.

Por su parte, se ha observado que los feocromocitomas no suelen causar síntomas, pero algunas veces pueden producir un exceso de hormonas que causan que la presión arterial sea demasiado alta.

Por otro lado, los tumores del saco endolinfático podrían causar pérdida de audición en uno o ambos oídos, así como zumbidos en los oídos (tinnitus) y problemas de equilibrio. La investigación disponible ha estimado que este tipo de tumores puede desarrollarlos alrededor de un 10% de las personas con enfermedad de VHL. En lo que respecta al carcinoma de células renales, se ha observado que puede afectar en torno al 70% de las personas con enfermedad de VHL a los 60 años. Respecto al paraganglioma, según la investigación disponible, se da en un 20-30% de las familias con VHL, siendo la edad media en el momento del diagnóstico entre los 30-40 años. Y sólo entre el 8 y el 17% desarrollarán tumores neuroendocrinos pancreáticos.

4. Diagnóstico de la enfermedad de von Hippel-Lindau

El fenotipo de la enfermedad de VHL es muy variable en cuanto a los tipos de manifestaciones, la edad de aparición y la carga tumoral. Se recomienda que los pacientes con VHL y las personas con predisposición a padecer la enfermedad de VHL se sometan a una vigilancia regular para intentar garantizar un diagnóstico temprano y un tratamiento oportuno.

Aunque el conocimiento en torno a VHL debe aún ampliarse, la disponibilidad de pruebas genéticas ha creado una oportunidad para identificar a los pacientes con enfermedad de VHL antes de cualquier manifestación clínica. De esta manera, el diagnóstico de VHL poco después del nacimiento permitiría una vigilancia dirigida y oportuna de las personas con un riesgo alto de desarrollar complicaciones. Al igual que sucedería con una intervención temprana para prevenir la morbilidad y mortalidad a largo plazo.

En dicha investigación se sugiere que podría ser beneficioso que la vigilancia incluya pruebas como:

  • Examen clínico/neurológico y de retina anual de por vida desde la edad más temprana posible.
  • Examen auditivo.
  • Cribado bioquímico anual desde los 5 años.
  • Resonancia magnética del abdomen y del sistema nerviosos central cada dos años a partir de los 15 años, con una resonancia magnética de referencia del sistema nervioso central a los 10 años.

5. Enfoque terapéutico: recomendaciones

En la experiencia disponible, que aún es limitada, para establecer un adecuado tratamiento de la enfermedad de VHL lo recomendable es que el paciente reciba una atención multidisciplinar universal y estandarizada. Los equipos de trabajo deberían estar formados por especialistas, entre otros, en Genética, Urología, Neurocirugía, Endocrinología, Oftalmología, Radiología intervencionista y diagnóstica, Oncología radioterápica y Enfermería.

Aunque en algunos casos se puede emplear la radioterapia, la cirugía ha sido el pilar principal en el tratamiento de la mayoría de los tumores asociados a la enfermedad de VHL. Su objetivo persigue reducir al máximo el riesgo de secuelas. El momento adecuado para la cirugía y la elección de la técnica quirúrgica varían en función de factores como la presentación clínica, la localización del tumor y la presencia de otros tumores en el mismo órgano o región.

Además, para cada manifestación diagnosticada, se recomienda planificar un programa específico de seguimiento clínico y/o por imagen con el fin de optimizar la planificación del tratamiento.

El contenido que se proporciona en este documento es información general. En ningún caso debe sustituir ni a la consulta, ni el tratamiento, ni las recomendaciones de tu médico.

ES-NON-04846 (Creado: febrero 2025)

cáncer de ovario

Cáncer de ovario

24/01/2025

Comparte este post

Facebook icon

.st0{fill:#00857C;} X icon

Linkedin icon

Email icon

Índice

  1. ¿Qué es el cáncer de ovario?
  2. Factores de riesgo del cáncer de ovario
  3. Signos y síntomas del cáncer de ovario
  4. Diagnóstico del cáncer de ovario
  5. Tratamiento del cáncer de ovario

1. ¿Qué es el cáncer de ovario?

El cáncer de ovario engloba varias enfermedades que se desarrollan en los ovarios o en las áreas vinculadas a las trompas de Falopio y el peritoneo. Las mujeres cuentan con dos ovarios, ubicados en la pelvis, uno a cada lado del útero. Los ovarios son responsables de producir hormonas femeninas y óvulos para la reproducción.

Existen tres tipos de cáncer de ovario:

  • Carcinoma epitelial: representa entre el 85% y 90% de los casos de cáncer de ovario.
  • Tumores de células germinales: muy poco comunes.
  • Tumores del estroma: aún más raros.

En España, se estimó que en el año 2024 se diagnosticarían aproximadamente 3.716 nuevos casos de cáncer de ovario. Se estima que la prevalencia a cinco años de las pacientes con cáncer de ovario en 2020 fue de 10.236 casos.

2. Factores de riesgo del cáncer de ovario

Entre los factores de riesgo del cáncer de ovario se encuentran una variedad de circunstancias y entre las más relevantes destacan:

  • Edad avanzada: el riesgo de cáncer de ovario aumenta con los años, siendo más común en mujeres mayores.
  • Alteraciones genéticas hereditarias: un pequeño porcentaje de los casos está vinculado a mutaciones genéticas heredadas de los padres, como los genes BRCA1 y BRCA2, que también están asociados con un mayor riesgo de cáncer de mama. Otras mutaciones relacionadas con este riesgo incluyen aquellas asociadas con el síndrome de Lynch, así como los genes BRIP1, RAD51C y RAD51D.
  • Antecedentes familiares: tener familiares consanguíneos cercanos que hayan sido diagnosticados con cáncer de ovario podría incrementar del riesgo de padecer la enfermedad.
  • Obesidad o sobrepeso: el exceso de peso es un factor que podría elevar la posibilidad de desarrollar un cáncer de ovario
  • Endometriosis: esta condición, caracterizada por el crecimiento de tejido similar al del revestimiento del útero fuera de su lugar habitual, también podría estar asociada con un mayor riesgo.
  • Edad de inicio y fin de la menstruación: comenzar la menstruación a una edad temprana o tener una menopausia tardía, o ambas, puede incrementar las probabilidades de desarrollar este cáncer.
  • No haber estado embarazada nunca: las mujeres que nunca han estado embarazadas también pueden tener un mayor riesgo de cáncer de ovario.

3. Signos y síntomas del cáncer de ovario

Cuando el cáncer de ovario aparece, es posible que no cause síntomas evidentes. En caso de presentarse, estos suelen confundirse con otras afecciones más comunes.

Algunos de los signos y síntomas del cáncer de ovario incluyen:

  • Hinchazón o inflamación abdominal
  • Sensación de saciedad rápida al comer
  • Pérdida de peso
  • Molestias en la zona pélvica
  • Fatiga
  • Dolor de espalda
  • Alteraciones en los hábitos intestinales, como el estreñimiento
  • Necesidad de orinar con frecuencia

Los valores de mortalidad del cáncer de ovario se deben a dos factores principales: la falta de síntomas específicos en las etapas iniciales, lo que lleva a que la mayoría de los casos se diagnostiquen cuando la enfermedad ya está avanzada y es más difícil de tratar, y la ausencia de métodos de detección temprana eficaces y validados.

Además, estos síntomas también pueden ser provocados por afecciones benignas (no cancerosas) o por cáncer en otros órganos. Sin embargo, cuando el cáncer de ovario es el causante, los síntomas suelen ser persistentes y diferentes a lo que es habitual. Por ejemplo, pueden ser más graves u ocurrir con mayor frecuencia.

Es más común que estos síntomas se deban a otras condiciones, y en la mayoría de los casos se presentan casi con la misma frecuencia en mujeres que no tienen cáncer de ovario.

4. Diagnóstico del cáncer de ovario

Se utilizan diferentes pruebas para su diagnóstico como:

  • Examen pélvico: el médico palpa los órganos pélvicos introduciendo los dedos en la vagina mientras presiona el abdomen, y revisa visualmente los genitales externos, la vagina y el cuello uterino.
  • Pruebas de imagen: ecografías o tomografías del abdomen y pelvis ayudan a evaluar el tamaño, forma y estructura de los ovarios.
  • Análisis de sangre: incluyen pruebas de función de órganos y marcadores tumorales, que pueden proporcionar pistas acerca de su diagnóstico y pronóstico.
  • Cirugía: a veces es necesario extirpar un ovario y examinarlo para confirmar la presencia de cáncer.
  • Pruebas genéticas: un análisis de sangre puede identificar mutaciones genéticas que aumentan el riesgo de cáncer, ayudando al diagnóstico del paciente, así como en sus familiares.

5. Tratamiento del cáncer de ovario

El tratamiento del cáncer de ovario generalmente combina cirugía y quimioterapia, aunque en algunos casos se emplean otros enfoques:

  • Cirugía: puede implicar la extirpación de un solo ovario, ambos ovarios o, en casos más avanzados, ovarios, trompas de Falopio, útero, ganglios linfáticos y epiplón. Para cáncer avanzado, a veces la cirugía se complementa con quimioterapia antes o después de la misma.
  • Quimioterapia: destruye células de crecimiento rápido, entre las que se encuentran las células cancerosas y puede aplicarse antes o después de la cirugía.
  • Terapia dirigida: ataca a vulnerabilidades específicas de las células cancerosas pudiendo provocar su muerte. Puede que el médico analice las células cancerosas para considerar esta terapia.
  • Terapia hormonal: bloquea el estrógeno que algunas células cancerosas usan para crecer. Se puede usar en algunos tipos de cánceres de crecimiento lento o recurrentes.
  • Inmunoterapia: ayuda al sistema inmunológico a reconocer y atacar las células cancerosas.
  • Cuidados paliativos: proporcionan alivio de síntomas y podrían mejorar la calidad de vida mientras se siguen otros tratamientos. Los equipos de cuidados paliativos están orientados en mejorar la calidad de vida de las personas.

La alianza MSD-AstraZeneca ha puesto a disposición de profesionales y pacientes de cáncer de ovario avanzado el Informe HEaLS de bases y pautas para el seguimiento integral de estas pacientes. Este informe se puede descargar en castellano y catalán.

El contenido que se proporciona en este documento es información general. En ningún caso debe sustituir ni a la consulta, ni el tratamiento, ni las recomendaciones de tu médico.

ES-NON-04488 (Enero 2025)

cáncer de mama

Cáncer de mama

25/10/2024

Comparte este post

Facebook icon

.st0{fill:#00857C;} X icon

Linkedin icon

Email icon

Cáncer de mama

Índice

  1. ¿Qué es el cáncer de mama?
  2. Tipos de cáncer de mama
  3. Signos y síntomas del cáncer de mama
  4. Factores de riesgo del cáncer de mama
  5. Diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama
  6. Esperanza de vida y supervivencia de los pacientes con cáncer de mama

El cáncer de mama es el tumor más frecuente en mujeres. Se calcula que 1 de cada 8 mujeres tendrá un cáncer de mama en algún momento de su vida. Puede aparecer en mujeres y hombres, pero más del 99% de los casos ocurre en mujeres. Según la Sociedad Española de Oncología Médica en 2024 se estiman 36.395 nuevos casos de cáncer de mama en toda la población española.

Su incidencia se ha incrementado en los últimos años probablemente debido al cambio de los hábitos reproductivos de las mujeres, el aumento de la obesidad y el sedentarismo, así como a la globalización del cribado poblacional, entre otros. Su mortalidad, por el contrario, está en descenso gracias a los programas de screening para la detección precoz y las mejoras en los tratamientos de la enfermedad.

¿Qué es el cáncer de mama?

El cáncer de mama es el tumor maligno que se origina en el tejido de la glándula mamaria.

Entre los aspectos que caracterizan este tipo de tumor, destacan los siguientes:

  • Crecimiento descontrolado
  • Alteración del ciclo de división celular
  • Metástasis: extensión a otras partes del cuerpo e infiltración en otros tejidos
  • Evasión del sistema inmune

Tipos de cáncer de mama

SEGÚN SU LOCALIZACIÓN:

Se conocen varios tipos de cáncer de mama; en función de dónde se localizan encontramos los siguientes:

  • Carcinoma ductal in situ (CDIS). Este cáncer se ubica en el conducto mamario y es no invasivo; por lo que no se ha diseminado fuera de este conducto.
  • Carcinoma ductal invasivo o infiltrante (CDI). Este cáncer se disemina fuera del conducto, hacia los tejidos de la mama que los rodean.
  • Carcinoma lobulillar in situ (CLIS). Este cáncer se debe al crecimiento celular anómalo de una o varias áreas del lobulillo (glándulas que producen leche). Su presencia indica que existe un mayor riesgo de que esa persona desarrolle un cáncer de mama invasivo más adelante.
  • Carcinoma lobulillar invasivo (CLI). Este cáncer se ha extendido fuera de los lobulillos y tienen el potencial de propagarse hacia los ganglios linfáticos y otras áreas del cuerpo.

SEGÚN EL GRADO DE AVANCE

El cáncer de mama también se clasifica según el grado de avance de la enfermedad:

  • Cáncer de mama en estadio temprano (Estadio 0-IIA). El tumor no se ha diseminado más allá de la mama o de los ganglios linfáticos axilares.
  • Cáncer de mama localmente avanzado (Estadio IIB III). Se ha diseminado desde la mama hasta el tejido cercano o los ganglios linfáticos.
  • Cáncer de mama metastásico (Estadio IV).  Se ha diseminado a otras partes del cuerpo, como los huesos, el hígado o los pulmones. Los tumores en sitios distantes se llaman metástasis.
  • Cáncer de mama avanzado. Es un término utilizado para describir tanto el cáncer de mama localmente avanzado inoperable como el cáncer de mama metastásico.

SEGÚN EL ESTADO MOLECULAR

Además, el cáncer de mama se puede clasificar según el estado hormonal y estado del receptor HER2 (factor de crecimiento epidérmico humano 2):

  • Luminal: tumores positivos para el receptor de estrógenos. Son los más frecuentes, representan alrededor del 66% de los nuevos diagnósticos:
    • Luminal A: tumores positivos para el receptor de estrógenos y de progesterona, pero negativos para HER2. Es el subtipo más frecuente en mujeres postmenopáusicas, el de mejor pronóstico y con bajo índice de proliferación (<20%).
    • Luminal B: tumores positivos para receptor de estrógenos positivo, negativos para receptores de progesterona y positivos para HER2. Es similar al subtipo A pero con posibilidad de presentar alta proliferación (≥20%).
  • Exceso de receptores HER2: tumores positivos para el receptor HER2 y negativo para los receptores de estrógenos y progesterona. Representa el 15-20% de todos los cánceres de mama.
  • Triple negativo (tipo basal):  tumores negativos para los receptores hormonales (progesterona y estrógenos) y para el receptor HER2. Representa el 10-15% de los cánceres de mama en general.  Suelen ser tumores de alto grado y de mayor agresividad.

Además, en algunos casos el cáncer de mama puede tener un componente hereditario. Se estima que entre los 5-10% de los cánceres de mama son hereditario. Además, el 20-25% de las mutaciones responsables de estos cánceres ocurren en los genes BRCA 1 y BRCA2.

Signos y síntomas del cáncer de mama

El síntoma más frecuente por el que se consulta al médico es la aparición de un nódulo palpable en la mama. También suele producirse la retracción, así como alteraciones de la piel de la mama, como enrojecimiento o engrosamiento. Los síntomas del cáncer de mama también incluyen:

  • Cambio en el tamaño o en la forma del seno
  • Hoyuelos en la piel de la mama o engrosamiento del tejido mamario
  • Un pezón invertido
  • Erupción en el pezón
  • Secreción del pezón
  • Hinchazón o un bulto en la axila
  • Dolor o molestia en el seno que no desaparece

Factores de riesgo del cáncer de mama

Entre los factores que pueden incrementar el riesgo de aparición de cáncer de mama están:

  • Edad. Principal factor de riesgo. El riesgo aumenta al aumentar la edad.
  • Historia personal de cáncer de mama invasivo en una de las mamas aumenta el riesgo de padecerlo de nuevo en la otra mama. También aumenta el riesgo haber padecido cáncer in situ (ductal o lobulillar).
  • Densidad mamaria elevada en las mamografías.
  • Factores reproductivos que aumentan la exposición a los estrógenos endógenos, como la aparición temprana de la primera regla, la menopausia tardía o la nuliparidad (no haber estado embarazada nunca).
  • Uso de terapia hormonal sustitutiva después de la menopausia. También aumenta el riesgo el uso de una combinación de las hormonas estrógeno y progesterona posterior a la menopausia
  • Exposición a radiaciones ionizantes, sobre todo durante la pubertad, y las mutaciones hereditarias relacionadas con el cáncer de mama.
  • Consumo de alcohol.
  • Obesidad.
  • Factores genéticos: existen mutaciones genéticas que se transmiten de generación en generación y están muy relacionadas con el cáncer de mama. Se calcula que alrededor de un 5-10% de todos los casos de este cáncer se deben a factores hereditarios. Los genes más conocidos y habituales son BRCA1 y BRCA2 aunque hay más genes implicados.

Diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama

Ante la sospecha de un posible cáncer de mama, se deben analizar los síntomas asociados y conseguir toda la información disponible que pueda ser relevante, incluyendo los antecedentes familiares. Todos estos datos sirven para valorar los posibles factores de riesgo asociados al cáncer de mama.

En la consulta, el médico hace una evaluación general del paciente, así como una exploración clínica de la mama y de los ganglios. Con los resultados obtenidos, el profesional sanitario valora la necesidad de realizar pruebas complementarias. Existen diferentes pruebas para el diagnóstico:

  • La inspección y la palpación de la mama
  • Mamografía
  • Ecografía
  • Resonancia nuclear magnética (RNM)
  • Biopsia
  • Gammagrafía ósea
  • Escáner o tomografía computarizada (TC) toracoabdominal
  • Paneles multigenéticos que estudian genes asociados a la predisposición al cáncer de mama

En cuanto al tratamiento, es necesario conocer el estadio del cáncer para determinar el mejor enfoque.

Los tratamientos en el abordaje del cáncer de mama son:

  • Cirugía
  • Biopsia del ganglio centinela
  • Radioterapia
  • Tratamiento médico o terapia sistémica
    • Quimioterapia
    • Terapia Hormonal
    • Terapia dirigida
    • Inmunoterapia

El tratamiento llevado a cabo por un equipo multidisciplinar y especializado pretende mejorar la supervivencia y la calidad de vida. Este abordaje puede incluir cuidados de apoyo, paliativos, de supervivencia y al final de la vida.

Esperanza de vida y supervivencia de los pacientes con cáncer de mama

La supervivencia relativa a los 5 años en mujeres es del 90% aproximadamente. El incremento progresivo de su incidencia, asociado al envejecimiento de la población y al efecto del cribado poblacional, junto al descenso de las cifras de mortalidad justifican la presencia de un mayor número de pacientes que son largas supervivientes (LSV) de cáncer de mama.

  • Recaídas. En la actualidad, la supervivencia a los 5 años es mayor al 80%.
  • Largas supervivientes. Se entiende como aquella persona que a los 5 años del diagnóstico y tratamiento se encuentra libre de enfermedad. A pesar de esta alta tasa de supervivencia, debemos recordar que las terapias administradas y las cirugías realizadas pueden dejar secuelas físicas, psíquicas y emocionales que se manifiestan o persisten incluso años después de haber finalizado el tratamiento.

El contenido que se proporciona en este documento es información general. En ningún caso debe sustituir ni a la consulta, ni el tratamiento, ni las recomendaciones de tu médico.

ES-NON-03818 (Octubre 2024)

cáncer de próstata

Cáncer de próstata

22/08/2024

Comparte este post

Facebook icon

.st0{fill:#00857C;} X icon

Linkedin icon

Email icon

Índice

  1. ¿Qué es el cáncer de próstata?
  2. Síntomas del cáncer de próstata
  3. Factores de riesgo del cáncer de próstata
  4. Diagnóstico y tratamiento del cáncer de próstata
  5. Estadios del cáncer de próstata

El cáncer de próstata es una proliferación celular maligna que se origina en la glándula del sistema reproductor masculino encargada de producir una parte del semen. Además, es el segundo cáncer más común en hombres en el mundo y afecta sobre todo a hombres mayores de 70 años, es decir, más de la mitad de los cánceres de próstata se dan en hombres mayores de 70 años.

¿Qué es el cáncer de próstata?

La próstata está situada en la pelvis, rodeada por el recto en la parte posterior y la vejiga en la parte superior. Aunque su función no es bien conocida, sí se sabe que produce algo de líquido seminal y puede facilitar la movilidad de los espermatozoides.

El cáncer de próstata es una proliferación celular maligna que se origina en la glándula del sistema reproductor masculino encargada de producir una parte del semen.

La mayoría de los cánceres de próstata son adenocarcinomas acinares que se originan en la porción periférica de la glándula, es decir, se presentan en las células glandulares. Otros tipos menos frecuentes son el adenocarcinoma ductal, adenocarcinoma mucinoso, carcinoma neuroendocrino o el carcinoma urotelial.

Síntomas del cáncer de próstata

La sintomatología del cáncer de próstata depende de la fase en la que se encuentra. Y los síntomas del cáncer de próstata pueden ser similares a los de la hiperplasia benigna de próstata u otros problemas que afectan a la próstata. Actualmente, la gran mayoría de casos se diagnostican en fase localizada en gran medida gracias al uso extendido de la determinación en sangre del PSA.

Cuando el tumor crece, pueden presentarse síntomas atribuibles a una hiperplasia benigna, como:

  • Disminución del calibre o interrupción del flujo de orina
  • Aumento de la frecuencia de la micción, sobre todo nocturna
  • Dificultad para orinar
  • Escozor durante la micción
  • Presencia de sangre en la orina
  • Impotencia sexual

En estos estadios avanzados es posible la aparición de otros síntomas tales como:

  • Edema o hinchazón de piernas
  • Dolores óseos
  • Cansancio y pérdida de peso

Asimismo, también pueden aparecer complicaciones graves como pérdida de fuerza en las piernas.

Factores de riesgo del cáncer de próstata

Los principales factores de riesgo del cáncer de próstata son:

  • Edad: es más frecuente en hombres de edad avanzada. La edad media de diagnóstico es de 75 años.
  • Raza: en hombres de raza negra es más frecuente y de peor pronóstico. Se registra una menor incidencia en la raza asiática.
  • Geografía: el cáncer de próstata es más común en Norteamérica y en la región noroeste de Europa, Australia, y en las islas del Caribe.
  • Historial familiar: el 10% de los casos de cáncer de próstata tiene un componente genético hereditario.
  • Infección e inflamación de la próstata: la evidencia es poca, pero se cree que la prostatitis de repetición y la infección por Trichomonas vaginalis puede estar asociada a un mayor riesgo.

Diagnóstico y tratamiento del cáncer de próstata

El diagnóstico del cáncer de próstata habitualmente se realiza a partir de la realización de tres pruebas o técnicas:

  • Examen clínico de la próstata.
  • Análisis de sangre: para verificar los niveles de la proteína antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés).
  • Y una resonancia nuclear magnética (RNM) para decidir si ha de hacerse una biopsia.

En cánceres más avanzados se podrán realizar otros procedimientos para concretar cuánto de avanzado está y ayudar a detectar metástasis óseas:

  • Tomografía por emisión de protones (PET).
  • Tomografía computarizada (TC).

En cuanto al tratamiento, las principales estrategias terapéuticas para tratar el cáncer de próstata localizado son la cirugía, la radioterapia con/sin hormonoterapia y la vigilancia activa. El tratamiento se elige en función de una serie de factores como:

  • Las probabilidades de que el tumor esté limitado a la glándula prostática.
  • El tamaño del tumor y su grado histológico.
  • Edad y estado general del paciente.
  • Los efectos secundarios del tratamiento.
  • Enfermedades previas.
  • Preferencias del paciente.

Mientras que, el pronóstico y la supervivencia dependerá de varios factores importantes como:

  • La edad al diagnóstico.
  • El estado de salud del paciente.
  • El estadio tumoral al diagnóstico.
  • Grado tumoral de Gleason.

Estadios del cáncer de próstata

Para conocer el estadio de la enfermedad se realiza un estudio de extensión y es esencial a la hora de determinar el tratamiento2. La clasificación clínica que se emplea con mayor frecuencia en estos tumores es la clasificación TNM. Estas siglas hacen referencia a tres aspectos de los tumores sólidos:

  • La T: se refiere al tamaño de la lesión primaria.
  • La N: alude a la afectación de los ganglios linfáticos.
  • La M: indica la afectación o no de órganos distantes.

En función de este criterio, el cáncer de próstata puede clasificarse en las siguientes etapas:

  • Enfermedad localizada
  • T I: tumor diagnosticado de forma incidental en <5% o >5% del tejido prostático; o a raíz de una elevación de PSA.
  • T II: tumor localizado a la próstata afectando a <50% o 50% de un lóbulo; o a los dos lóbulos.
  • Enfermedad localmente avanzada
  • T III:  tumor que afecta más allá de la cápsula prostática o a las vesículas seminales.
  • T IV: tumor que invade la vejiga u otros órganos adyacentes o está fijo en la pelvis.
  • Enfermedad metastásica:
  • N I: el tumor afecta ganglios linfáticos regionales.
  • M I: afecta a distancia a otros ganglios linfáticos, hueso u otros órganos.

El contenido que se proporciona en este documento es información general. En ningún caso debe sustituir ni a la consulta, ni el tratamiento, ni las recomendaciones de tu médico.

Codex: ES-NON-01083 (Creado: septiembre 2024).

Si eres profesional sanitario, puedes obtener más información aquí.

neumococo

Neumococo

19/07/2024

Comparte este post

Facebook icon

.st0{fill:#00857C;} X icon

Linkedin icon

Email icon

Índice

  1. ¿Qué es el neumococo?
  2. Tipos de infección y síntomas principales de la enfermedad neumocócica
  3. Factores de riesgo para la infección neumocócica
  4. Diagnóstico de las infecciones neumocócicas leves y graves
  5. Tratamiento de las infecciones neumocócicas

1. ¿Qué es el neumococo?

El neumococo es una especie bacteriana del género Streptococcus. Se transmite, sobre todo, a través del contacto con individuos infectados o portadores asintomáticos que albergan la bacteria en la nasofaringe. Las infecciones neumocócicas pueden manifestarse de diversas formas.

2. Tipos de infección y síntomas principales de la enfermedad neumocócica

La enfermedad neumocócica abarca diversas formas de infección, cuyos síntomas varían según la región anatómica afectada. Estas infecciones pueden ser leves o bien, como las siguientes, tener consecuencias mortales o generar complicaciones a largo plazo:

  • Neumonía: cuya sintomatología incluye fiebre, escalofríos, tos, dificultad para respirar y dolor torácico. En adultos mayores, la confusión o el estado de alerta reducido pueden ser síntomas predominantes.
  • Meningitis: se manifiesta con rigidez de cuello, fiebre, dolor de cabeza, fotofobia y confusión. En bebés, puede ocasionar síntomas como alimentación deficiente, estado de alerta y vómitos.
  • Bacteriemia: cuyos síntomas son fiebre, escalofríos y disminución del estado de alerta. Esta condición puede causar la muerte en aproximadamente 1 de cada 30 niños y 1 de cada 8 adultos.
  • Infecciones de oído: Los síntomas más habituales son: tener el tímpano inflamado, dolor de oído, fiebre y somnolencia.
  • Sinusitis: se manifiesta, entre otros síntomas, con dolor de cabeza o garganta, congestión nasal o goteo posnasal.

3. Factores de riesgo para la infección neumocócica

La infección por neumococo puede verse influenciada por una variedad de factores de riesgo, que van desde la edad hasta ciertas condiciones médicas y entornos específicos. Las edades extremas y la presencia de enfermedades crónicas, como la diabetes, aumentan la vulnerabilidad a esta enfermedad.

Los factores locales como la presencia de infecciones virales previas, el tabaquismo y enfermedades respiratorias como el asma y la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), pueden predisponer a las personas a desarrollar la enfermedad.

Asimismo, los entornos con una mayor exposición al patógeno, como guarderías, campamentos militares y prisiones, también pueden predisponer al contagio. Además, ciertos factores externos como la exposición al frío, el estrés y el cansancio pueden contribuir a una mayor susceptibilidad a la enfermedad neumocócica.

4. Diagnóstico de las infecciones neumocócicas leves y graves

Los profesionales de atención médica generalmente diagnostican infecciones de oído y de los senos nasales basándose en los antecedentes y los hallazgos del examen físico que respaldan la infección neumocócica.

Ante la sospecha de meningitis o una infección en el torrente sanguíneo, los profesionales sanitarios tomarán muestras de líquido cefalorraquídeo o sangre.

Posteriormente, las muestras son enviadas a un laboratorio para su análisis. En el laboratorio, el cultivo de las bacterias y el uso de métodos de detección molecular pueden ayudar a identificar las bacterias presentes en las muestras y determinar el tipo de bacteria que está causando la infección. Conocer la causa ayuda a los profesionales de la salud a elegir el tratamiento adecuado.

Los profesionales de la salud pueden utilizar una prueba de orina para ayudar a diagnosticar la neumonía neumocócica en adultos.

5. Tratamiento de las infecciones neumocócicas

Los profesionales sanitarios utilizan antibióticos para tratar la enfermedad neumocócica. Sin embargo, algunas bacterias neumocócicas se han vuelto resistentes a ciertos antibióticos usados para tratar estas infecciones. Las pruebas de sensibilidad a los antibióticos (antibiogramas) identifican cuáles podrían ser más adecuados para tratar la infección. Así, el tratamiento de la infección neumocócica con antimicrobianos estará determinado no solo por la localización de la infección, sino también por la resistencia del patógeno a los antimicrobianos comúnmente utilizados.

El contenido que se proporciona en este documento es información general. En ningún caso debe sustituir ni a la consulta, ni el tratamiento, ni las recomendaciones de tu médico.

ES-NON- 03424 (Creado en Julio 2024).

Si eres profesional sanitario, puedes obtener más información aquí.

Rotavirus

11/06/2024

Comparte este post

Facebook icon

.st0{fill:#00857C;} X icon

Linkedin icon

Email icon

Índice

  1. ¿Qué es el rotavirus y cómo se transmite?
  2. Síntomas principales del rotavirus
  3. Tratamiento recomendado para el rotavirus
  4. Consejos para prevenir las infecciones por rotavirus

¿Qué es el rotavirus y cómo se transmite?

La infección por rotavirus es una de las causas más frecuentes de gastroenteritis aguda a nivel mundial. En concreto, es una de las patologías más comunes en los niños, sobre todo entre los menores de cinco años.

Es un virus muy contagioso que se transmite por contacto con las heces de personas infectadas (transmisión fecal-oral).

El contagio puede producirse por:

  • Consumo de aguas o comidas contaminadas por heces.
  • Contacto directo con superficies u objetos infectados.
  • Contacto persona-persona (el rotavirus puede permanecer durante varias horas en las manos).

La materia fecal de la persona con rotavirus mantiene su capacidad infecciosa durante una semana. Tras el contagio, y hasta la aparición de los síntomas, el periodo de incubación de la enfermedad por rotavirus es de unos 2 días.

Síntomas principales del rotavirus

Los síntomas más habituales de la infección por rotavirus son:

  • Gastroenteritis de 3 a 8 días de duración con:

– Vómitos intensos.

– Diarrea acuosa de repetición (hasta 20 deposiciones diarias).

– Fiebre.

– Dolor abdominal.

  • Pérdida de apetito.
  • En ocasiones, los asociados a la deshidratación como orinar con menos frecuencia, no mojar el pañal, sequedad de boca y piel, mareos, llanto sin lágrimas, somnolencia o inquietud.

Mientras los síntomas sean leves o moderados se pueden controlar en casa, con el consumo adecuado de líquidos para evitar la deshidratación. Por contra, si los síntomas o la deshidratación son graves, sobre todo en lactantes, puede ser necesario el ingreso hospitalario para controlar los síntomas y reponer los líquidos perdidos.

Tratamiento recomendado para el rotavirus

No hay un tratamiento concreto para el rotavirus.

El tratamiento está basado en restituir la cantidad perdida de líquidos. Aunque esto no siempre es posible hacerlo en casa y requiere ingreso hospitalario para evitar una deshidratación severa, sobre todo en los lactantes.

Consejos para prevenir las infecciones por rotavirus

Para prevenir la infección por rotavirus, es fundamental no sólo la buena higiene de las manos, sino una higiene corporal adecuada. Lavarse las manos con agua y jabón con frecuencia es una buena forma de prevenir una infección por rotavirus, sobre todo al cambiar de pañales a los lactantes y tras haber estado en contacto con juguetes y objetos contaminados.

El contenido que se proporciona en este documento es información general. En ningún caso debe sustituir ni a la consulta, ni el tratamiento, ni las recomendaciones de tu médico.

ES-NON-03425 (Creado: Junio 2024).

Si eres profesional sanitario, puedes obtener más información aquí.