¿Cómo influye el ejercicio físico en la salud?
16/04/2023
Índice
- Beneficios del ejercicio físico
- Recomendaciones de actividad física por edades
- Control de peso:
- Prevención de enfermedades:
- Niños y adolescentes (5 a 17 años)
- Adultos (de 18 a 64 años)
- Personas mayores (a partir de 65 años)
Mantenerse activo físicamente podría evitar entre cuatro y cinco millones de muertes al año, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por tanto, no se pueden pasar por alto los aspectos positivos que el ejercicio y la actividad física regular ofrecen para la salud. La práctica de ejercicio aporta ventajas a todas las personas, sin importar su edad, género o nivel de condición física.
Beneficios del ejercicio físico
La actividad física es esencial para la salud, beneficiando al corazón, al cuerpo y a la mente. El ejercicio regular puede ayudar a prevenir enfermedades como las cardiopatías, la diabetes tipo 2 y el cáncer. Por eso, la OMS recomienda al menos 150-300 minutos de actividad aeróbica moderada por semana para adultos y 60 minutos diarios para niños y adolescentes. Entre los beneficios que este ejercicio regular puede aportar se pueden enumerar los siguientes:
Tanto la dieta como el ejercicio son fundamentales para mantener un peso saludable, perder el exceso de peso o evitar recuperar el peso perdido. El aumento de peso ocurre cuando se consumen más calorías de las que se queman a través de la actividad física y la ingesta de alimentos. Por ello, es crucial equilibrar las calorías.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la cantidad de actividad física necesaria para gestionar el peso varía considerablemente entre las personas. Se recomienda aspirar gradualmente a alcanzar 150 minutos semanales de actividad aeróbica moderada ya que existe evidencia sólida que respalda la capacidad de la actividad física para mantener el peso a largo plazo. No obstante, la cantidad exacta de actividad necesaria para lograr este objetivo sigue siendo variable entre individuos.
En cuanto a las enfermedades cardiovasculares, siguiendo las recomendaciones y realizando al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada por semana, puedes disminuir tu riesgo de desarrollar estas enfermedades. También, aumentar la cantidad de actividad física puede reducir aún más dicho riesgo. Y, además, la actividad física regular también puede ayudar a reducir la presión arterial y mejorar los niveles de colesterol.
Por otra parte, la práctica regular de actividad física puede disminuir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y síndrome metabólico. Este último consiste en una combinación de factores como tener un exceso de grasa alrededor de la cintura, presión arterial alta, niveles bajos de lipoproteína de alta densidad (HDL), altos niveles de triglicéridos o elevados niveles de azúcar en la sangre. Incluso realizar menos de los 150 minutos recomendados de actividad física por semana puede brindar beneficios. En esta línea, aumentar la cantidad de actividad física parece reducir aún más estos riesgos.
Además, estar físicamente activo puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar algunos de los cánceres más comunes como los de mama, vejiga, colon o pulmón. Varias investigaciones constatan que las personas que están físicamente más activas tienen menos riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer.
Recomendaciones de actividad física por edades
Las sugerencias de salud pública delineadas en las Directrices de la OMS sobre actividad física y hábitos sedentarios son aplicables a todas las poblaciones y rangos de edad, desde los cinco años hasta los 65 años o más, sin importar el género, contexto cultural o situación económica. Estas recomendaciones son relevantes para todas las personas, independientemente de su capacidad:
Se deberían incorporar actividades de alta intensidad, así como las que refuercen músculos y huesos al menos 3 días a la semana. De esta forma, mejora su forma física, la salud cardio metabólica y la mental. En el caso de los niños y adolescentes, el sedentarismo se asocia con malos resultados en salud como una mayor adiposidad, peor forma física y conducta social, junto con una menor duración del sueño.
En esta franja de edad más amplia se recomienda, especialmente, la regularidad en las actividades físicas. Es beneficiosa en algunos aspectos más que en la etapa anterior, por ejemplo, para la salud cognitiva, la incidencia de la hipertensión o de cánceres específicos, y la mortalidad cardiovascular. Con el objetivo de lograr verdaderos beneficios al menos hay que hacer entre 150 y 300 minutos de actividad aeróbica moderada o entre 75 y 150 minutos de actividad física de alta intensidad. Además, para lograr beneficios adicionales, también se deben realizar actividades de fortalecimiento muscular. Asimismo, es en esta etapa en la que se debe tener especial cuidado con el sedentarismo y buscar la forma de sustituir esos tiempos de inactividad física por cualquier actividad física, aunque sea leve.
En este caso, además de los beneficios de la etapa adulta, la actividad física ayuda a la prevención de caídas y sus consecuentes lesiones, así como a evitar el deterioro de la salud ósea y funcional propio de la edad. Para ello, se recomienda acumular a lo largo de la semana un mínimo de 150 hasta los 300 minutos de actividad moderada o una combinación con actividad física de intensidad vigorosa. Asimismo, son beneficiosos los ejercicios de fortalecimiento muscular o los multicomponente que den prioridad al equilibrio funcional.
ES-NON-02342 (Mayo 2024).
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